Los antepasados del socio fundador fundador de la bodega, Álvaro de Alvear, se dedicaron al cultivo de la vid en Nájera, antigua capital del Reino de Navarra y perteneciente hoy a la Rioja.
A finales del siglo XVII, Juan de Alvear fue destinado a Córdoba. Su hijo, que seguía vinculado a Nájera como Alcalde, se casó ya con una cordobesa. Se trasladó a la ciudad de Montilla, en donde, como llevaba su vocación en la sangre, plantó viñedos y estableció su bodega en 1.715. Sus descendientes fueron, en su mayoría, marinos y militares, pero, al retirarse, retornaban a su casa para dedicarse a la bodega.
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