Carmelo Rodero Crianza
Lo que hace tan especial a Carmelo Rodero Crianza es su capacidad para mostrar, sin artificios, las virtudes del terruño de la Ribera del Duero. Las cepas están sujetas a condiciones climáticas marcadas por inviernos fríos y veranos secos, con notables contrastes térmicos entre el día y la noche. Esta amplitud térmica favorece la concentración de polifenoles y aromas en la uva, lo cual se traduce en colores intensos, taninos firmes y una fruta madura y aterciopelada. Al descorchar una botella de Carmelo Rodero Crianza, se perciben los recuerdos de frutos negros del bosque, la elegancia aromática y la persistencia que caracterizan a los grandes vinos de la zona.
Notas de cata
Vista: Presenta un color rojo picota profundo con ribetes violáceos, signo de su juventud relativa y de su poder de evolución en botella.
Nariz: Ofrece una amplia gama aromática, con predominio de fruta roja y negra madura (ciruelas, moras) bien complementada por suaves matices especiados y ligeros toques balsámicos.
Boca: Su ataque es sedoso y envolvente, acompañado por un paso en boca equilibrado en el que se combinan la frutosidad propia del Tempranillo y la complejidad que aporta la Cabernet Sauvignon. El final es persistente, con taninos pulidos y una acidez bien integrada que augura un buen potencial de guarda.