Los Romanos y el vino
En la época de la antigua Roma, ya se elaboraba vino, es cierto que ni mucho menos con las técnicas que hoy en día conocemos y muy probablemente el resultado de prensar o aplastar aquellas uvas y que éstas fermentasen con las levaduras naturales de sus hollejos y sin control de temperatura, diese como resultado unos vinos (como el Mulsum) que en mucho diferirían de los que consumimos hoy en día.
La civilización romana tenía un gran interés por el vino, de hecho se cree que en la época la media de consumo diario de vino per cápita superaba con creces los 2 litros. Una auténtica barbaridad si los comparamos con los datos actuales, donde en España concretamente se consumieron en el año 2020 9,5 litros de vino por persona “al año”.
La península itálica fue la primera región del mundo productora de vino cuando Roma era la dueña del Mediterráneo. Gracias a sus conquistas consiguieron mejorar las técnicas de agricultura y de elaboración de vino “reclutando” a los mejores viticultores y elaboradores de países como Grecia, en su afán de incrementar la producción de vino que no alcanzaba ni con mucho la demanda.
Comenzaron a transportar el vino a todas sus colonias contribuyendo así a difundir la cultura por el vino por todo el mediterráneo.
¿Por qué ese interés por el vino?
Para los romanos el vino era un elixir con el que se hidrataban los habitantes de la República, primero, y del Imperio, después. Para ellos, cultivar la vid era algo honrado y mundano. Era un bien de primera necesidad, pero también poco a poco se fue convirtiendo en un elemento diferenciador de clases, un poco lo que sucede hoy en día, salvando muchísimo las distancias. Las clases altas tenían acceso a vinos con una mayor reputación y por lo tanto más caros que los vinos a los que tenían acceso las clases medias y bajas.
Ya existían diferentes tipos de vino y los mas conocidos eran el mostum, el merum y el mulsum. Hoy te voy a contar cosas sobre el vino mulsum pero prometo hacerlo otro día sobre el merum y el mostum.
El Mulsum, no solo un vino
Como ya he dicho antes, el vino era considerado el roma un bien de primera necesidad pero por si eso no era ya suficientemente bueno -lo digo pensando en lo que me gustaría que en la actualidad fuese así- también el famosísimo médico griego del Imperio Romano Galeno, lo recetaba como remedio a muchos males, tales como prevenir o incluso curar la fiebre y el resfriado. Defendía Galeno que a mejor vino más y mejores propiedades curativas.
He decidido comenzar a contarte cosas sobre el vino mulsum por ser el más diferente de los tres, además, el que te diga cosas sobre Galeno en relación con el mulsum viene un poco a colación con el tipo de vino que era éste y su peculiar elaboración.
Entramos en materia, el mulsum es un vino tinto de fiesta y según Plinio el Viejo en su composición se incluye la miel y un cierto número de plantas y especias como la canela, la pimienta y el tomillo. Era común que se sirviese en la gustatio, el aperitivo, era muy apropiado para acompañar alimentos tan dispares como el de pato y el queso.
Para terminar, quiero compartir contigo una receta de vino Mulsum para que lo puedas elaborar fácilmente en casa:
Es importante utilizar para su preparación un vino tinto joven de calidad, recomiendo que sea además ecológico y a ser posible natural sin adición de sulfitos.
Ingredientes:
- 3 tazas de agua tibia.
- 1 taza de vino.
- 1 rama de canela entera.
- 1 nuez moscada entera.
- 1 cucharadita de clavos enteros sin moler.
- 4 cucharadas de miel.
Modo de preparación:
Primero añadimos el agua, el vino y la miel en el recipiente o barreño que vayamos a utilizar. Nota: Si vemos que la miel está muy espesa podemos calentarla un poco para que se ponga más líquida antes de mezclarla con el vino.
Añadimos las especias para el vino, éstas las debemos poner a remojar 24 horas antes de que las utilicemos. Enfriaremos el vino en la nevera durante 24 horas, pasadas estas horas retiramos las especias.
El vino puede servirse frío o caliente. Lo puedes conservar en la nevera entre 5 y 7 días.
Espero que te haya gustado este post y te animes a preparar tu propio vino romano.