El Sumiller, Gastronomía, General

7 reglas básicas del maridaje con vino.

Si aplicas estas 7 reglas, no solo tú serás quien lo disfrute.


Maridaje:  Hablamos de maridaje cuando nos referimos a la unión o combinación armoniosa de comidas con bebidas. 

Es un tema bastante extenso que iremos tocando en lo sucesivo, sin embargo y a modo de introducción en esta materia hoy, en A Comprar Vino vamos a explicar brevemente 7 reglas básicas a la hora de maridar diferentes comidas con los diferentes tipos de vino, estamos seguros de que vuestro paladar os lo va a agradecer y de que sin duda vais a disfrutar mucho más tanto de los alimentos como de los vinos que habéis elegido utilizando un nuevo criterio basado en el maridaje:

1-. Para las comidas frías, se recomiendan vinos más ligeros:

El objetivo que se persigue es que estos vinos permitan ser servidos a una temperatura más baja, a fin de evitar el contraste con la de la comida. Por ejemplo, blancos jóvenes.

2-.Una comida con elevado grado de acidez requiere un vino que también sea rico en acidez.

Esta regla tiene su fundamento en que si para una comida rica en ácido elegimos un vino que también lo es este va a potenciar las características ácidas del plato, sirvan como ejemplo de maridaje los vinos blancos elaborados con las variedades de uva Verdejo o Sauvignon Blanc y también tintos con taninos muy suaves.

 

3-.Una comida con alto contenido en grasa va a maridar perfectamente con un vino de taninos bastante marcados. 

Con la aplicación de esta regla se pretende conseguir que tras beber un sorbo de un vino de taninos marcados éstos, van a actuar sobre nuestras papilas gustativas limpiándolas de la grasa que previamente nos ha dejado el alimento, proporcionándonos la sensación de que cada bocado sea como el primero. Las variedades de uva de piel más gruesa como el Cabernet Sauvignon y el Syrah son las que contienen más taninos por naturaleza, por tanto, los vinos elaborados con estas variedades son unos ejemplos muy válidos para el uso de esta regla en el maridaje, el primero para un pescado graso y el segundo para una carne.


4-. Los picantes necesitan azúcar.

En esta regla tenemos que optar por el extremo o por el término medio a la hora de escoger el maridaje perfecto. Como norma general el vino está reñido con el picante, pero como decimos antes, hay picantes y picantes, todo depende del grado, pues bien con el vino haremos lo mismo, tenemos que elegir vino de mayor a menor dulzor, por ejemplo podemos maridar un chorizo picante con un Pedro Ximénez o con un crianza o reserva con elevado grado de alcohol que tiende a ser abocado.  


5-. El sabor dulce necesita aún más dulce.

A la hora de tomarnos un postre de alto contenido en azúcares vamos a realizar un maridaje perfecto si utilizamos un vino que lo iguale o supere.



6-.Las comidas saladas que se maridan con vinos altos en alcohol y tienden a ser dulces dará como resultado cierto amargor al paladar.

Para evitarlo, vamos a elegir vinos más ligeros y frescos con menos contenido de alcohol.
 

7-. Si un plato tiene salsa, los sabores de la misma se deben de tomar en cuenta en la selección del vino.

Regla de maridaje importantísima, tanto es así que vamos a tirar por tierra de un plumazo aquello de “tinto para la carne y blanco para el pescado”. Se me viene a la cabeza una merluza con salsa de setas, pues bien en este caso si nos centramos en la salsa, no pedimos un blanco, sino que por el contrario nos decantamos por un tinto.
 
Además de estás siete reglas existen otras muchas que hacen referencia al orden en el que debemos consumir los vinos basándose en su color, graduación alcohólica, envejecimiento… pero también existen muchos tipos de maridaje, algunos como consecuencia de estas características que acabo de mencionar, otros por la región en que nos encontremos, por temperaturas, tradiciones, contrastes, asociativos, pero eso ya es otro tema del que ya hablaremos más adelante.
 
 

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